las desesperadas realidades de la vida en estos empobrecidos códigos postales. Si bien este vecindario en su mayoría hispano es rico en historia, cultura y familias intergeneracionales, la pobreza aún domina el paisaje. Hace dos años, un estudio encargado por el Economic Development Innovation Group, una compañía con sede en Washington, DC, pintó un panorama sombrío de las dificultades, la desigualdad y la falta de oportunidades. Según la investigación, casi la mitad de los adultos en algunas secciones del West Side no tienen diploma de escuela secundaria y casi el 60 por ciento está desem- pleado. Con la tasa de pobreza en el 42 por ciento, la mayoría de las personas se sienten estancadas- sin salida. Sin embargo, mientras muchos anhelan una vida en otro lugar, Clare Acosta Matos, marianista laica y directora de la oficina de servicio cívico comunitario en St. Mary's, y su esposo, Yonatan, se mudaron a este vecindario hace cinco años y echaron raíces. Clare está dolorosamente consciente de que la comunidad de St. Mary’s y su vecindario se ven como dos mundos diferentes, que siempre se esfuerzan por cruzarse. Pero hace tres años, después de una conversación con Catholic Charities y el consejo parroquial en Holy Rosary, se les ocurrió un plan. “Decidimos comenzar un campamento de verano”, dice Clare. “Descubrimos que había una gran necesidad de un espacio seguro para los niños en nuestra comunidad durante el ver- ano, un espacio para que los niños continúen creciendo mental, física y espiritualmente”. Pero el programa de verano tiene un propósito más amplio. Se ha convertido en un lugar donde los estudiantes de St. Mary pueden vislumbrar la vida en el West Side y abogar para cambio social a medida que construyen relaciones dentro de la parroquia y el vecindario. También ofrece a los niños la oportunidad de conocer a estudiantes universitarios, modelos a seguir que demuestran que la educación es un camino a la vida más allá del barrio. Y permite que la universidad y la parroquia trabajen juntas para fortalecer a toda la comunidad. “Nuestro vecindario está atrapado en un ciclo de pobreza e injusticia”, dice Clare. “Que los estudiantes de St. Mary’s estén presentes y participen en nuestra comunidad de adoración tiene una influencia increíble en las familias. Estas relaciones no terminan con los niños: abarcan a padres, abuelos y familiares. Este campamento se ajusta claramente a nuestra universidad y a la misión marianista de fe y servicio en acción “. Los regalos de servicio: lo que damos se nos devuelve Holy Rosary y St. Mary's lanzaron el campa- mento de verano en 2016, con Catholic Charities (Caridades Católicas) brindando recursos educa- tivos, de adiestramiento y de apoyo. El campamento “Este campamento se ajusta clara- mente a nuestra universidad y a la misión marianista de fe y servicio en acción” – Clare Acosta Matos, Laica Marianista y directora de participación cívica, Universidad de St. Mary